lunes, 14 de mayo de 2012

TRÍPTICO RESUMEN



FLAYER PARA USUARIOS


BIBLIOGRAFÍA


(1) Otto, S.E. Carcinoma de la piel. En: Enfermería Oncológica (3ªed.) Harcout Brace. Mosby. Madrid. 1999. p. 378-395.

(2) Instituto Catalán de Dermatología y Cirugía Plástica (INCADE). Carcinoma Basocelular. Publicado 11/11/2011. Consultado el 27/01/2012 a las 15:22h. Disponible en: [http://www.incade.es/oncologia-cutanea/tumores/carcinoma-basocelular.html].

(3) Sarnoff, D.S., Robins, M.D. et al. Carcinoma Basocelular: el cáncer de piel más común. The Skin Cancer Foundation. New York. 2002. Consultado el 21/02/2012 a las 12:15h. Disponible en:
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(4) Charlín Pato, G., Serrano Peña, J., Del Pozo Losada, J. Guía clínica: Carcinoma Basocelular. A Coruña. 2006. Consultado el 21/02/2012 a las 12:31h. Disponible en: [http://www.fisterra.com/guias-clinicas/carcinoma-basocelular/].

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(7) Wolff, K.; Goldsmith, L.; Katz, S.; Gilchrest, B et al. Fitzpatrick: Dermatología en Medicina General. (7ª ed.) Editorial Médica Panamericana. Madrid. 2009.

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(12) Ramírez, G.; Patiño, J.F.; Castro, C. et al. Guías de práctica clínica en enfermedades neoplásicas. Instituto Nacional de Cancerología. Ministerio de Sanidad. 2ª ed. Bogotá, D.C. 2001. Consultado el 4/03/2012 a las 19:22h. Disponible en:
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(13) Marini, M.A. Algoritmo del tratamiento del carcinoma basocelular. Act. Terap. Dermatológica 2007; 30: 120-121. Consultado el 21/02/2012 a las 12:45h. Disponible en: [http://www.atdermae.com/pdfs/atd_30_02_09.pdf].

ENFERMERÍA


Los diagnósticos de enfermería en el carcinoma basocelular y el escamocelular son similares, aunque pueden ser necesarias algunas variaciones según el tipo y la localización del cáncer cutáneo y el método de tratamiento(1).

La valoración y las intervenciones de enfermería deben centrarse en los métodos de prevención, detección y tratamiento. La historia de enfermería debe incluir una valoración cutánea integral, que consiste en la información sobre los factores de riesgo del paciente y un examen completo de la piel. La enseñanza del enfermo debe incluir los métodos de prevención y detección precoz.

Las intervenciones postquirúrgicas incluyen instruir a los pacientes y sus familias acerca de los cuidados de la herida quirúrgica. Es muy importante mantener el área limpia y seca, y observar si se desarrollan signos y síntomas de infección. 

Los pacientes y sus familiares deben comprender la importancia de la detección precoz. Tanto las lesiones nuevas como las recurrentes de los carcinomas basocelular se tratan con éxito cuando se detectan en su etapa inicial.

También debe enseñarse a los pacientes el procedimiento y la importancia del autoexamen frecuente de la piel. Es necesario motivarlos a cumplir con las consultas médicas para los exámenes de seguimiento. También deben aprender métodos de prevención, en especial evitar la luz solar directa y usar filtros y ropa protectora.

PREVENCIÓN


§  Prevención primaria

Además de evitar y eliminar todos los factores predisponentes y desencadenantes para estos tumores mencionados anteriormente, son fundamentales los cuidados bajo el sol(8).

Estrategias de fotoeducación:

-        Estar a la sombra mientras sea posible durante el día.
-        Evitar la exposición solar directa dos horas antes y dos horas después del mediodía (cuando su sombra es más corta que su altura). Limitar la exposición solar total- acumulativa.
-        Usar ropa protectora, de géneros de color y trama apretada cuando se exponga al sol directo.
-        Usar sombreros de ala ancha y sombrillas. Valorizar la sombra de árboles, techos, etc.
-        Aplicar fotoprotectores tópicos de amplio espectro (UVB Y UVA) correctamente, como complemento de los hábitos sanos frente al sol (F.P.S. 30 o más).
-        Valorizar el uso de productos tópicos autobronceantes en reemplazo del bronceado solar.
-        Utilizar anteojos para el sol.
-        Cuidar a los niños, especialmente durante la infancia y adolescencia, protegiéndolos durante sus actividades al aire libre y enseñándoles hábitos sanos frente al sol.
-        Desaconsejar el uso de las camas solares/lámparas bronceadoras. Enfatizar sus riesgos potenciales.
-        Enseñar e inculcar el autoexamen con el fin de reconocer y comunicar al médico con prontitud los síntomas o cambios en las características de la piel, por ejemplo:
A: Asimetría
B: Bordes irregulares
C: color (negro, marrón, blanco, azul, rojo)
D: Diámetro superior a 5mm.

No son relevantes en la prevención primaria de carcinoma basocelular la dieta, los suplementos de selenio, betacarotenos o retinol. Los retinoides por vía oral en dosis bajas (10 mg./día) no previenen la aparición de carcinoma basocelular o queratosis actínicas. Los retinoides en dosis altas (1-2 mg/kg/día) demostraron ser útiles en la prevención de estas neoplasias especialmente en pacientes con xeroderma pigmentoso y con síndrome del carcinoma basocelular nevoide; pero su uso queda sujeto al criterio costo/beneficio, debido a sus efectos adversos y alto precio. En trasplantados renales se puede utilizar como quimioprofilaxis 0,3 mg/Kg/día.

§  Prevención secundaria

Es de vital importancia la detección temprana de las lesiones sospechosas, para un diagnóstico precoz y tratamiento, para mejorar el pronóstico de la enfermedad.

PRONÓSTICO Y EVOLUCIÓN


La enfermedad metastásica se observa pocas veces en el carcinoma basocelular, aunque tiende a ser un tumor localmente agresivo. Si no se trata se disemina a las estructuras vitales cercanas como vasos sanguíneos, ganglios, túnicas nerviosas, cartílago, huesos y la duramadre.

El carcinoma basocelular tiene una tasa elevada de curación cuando se detecta en una etapa inicial y el tratamiento se instaura de inmediato(1). La remisión es cercana al 100% en las personas con lesiones menores de un 1 cm. La tasa de supervivencia global a cinco años es casi del 95% cuando se emplean la intervención quirúrgica la radioterapia.

Por lo general son de crecimiento lento y evolución crónica. Depende del tipo de carcinoma: alto o bajo riesgo. Los de alto riesgo presentan mayor porcentaje de recurrencia y peor pronóstico. Están relacionados no sólo con el sitio anatómico donde se encuentre el tumor, sino también con el tamaño del mismo, el subtipo histológico, el estado inmunitario del paciente y el tratamiento previo efectuado(8).

Son en la mayoría de los casos de muy buen pronóstico, ya que responden favorablemente a tratamientos correctamente indicados y realizados.

Es fundamental que los pacientes con este tipo de carcinoma cumplan con el programa de seguimiento definido  por el médico. Los exámenes deben de realizarse a intervalos  de seis meses durante los primeros dos años y cada año durante los siguientes cinco para detectar recurrencia de un carcinoma que haya sido tratado o la aparición de un nuevo tumor primario cuando son lo suficientemente pequeños para resecarlos sin producir pérdidas cosméticas considerables(8).

Todo paciente que ha padecido un carcinoma basocelular, independientemente de su fototipo y de los factores desencadenantes, tiene un 20-30 % de posibilidades de hacer un segundo carcinoma basocelular u otro cáncer cutáneo. Estos pacientes deben tener un control dermatológico semestral de cuerpo entero, para detectar de manera precoz las formas de inicio que conllevan a un tratamiento menos agresivo y de escaso costo.

Se aconseja que el examen sea realizado dos veces al año, asociado esto con la pre y postexposición solar.

El seguimiento de estos pacientes tiene por objetivo:
-     La detección temprana de recurrencias tumorales (el 80 % lo hacen dentro de los primeros 5 años).
-     La detección temprana y tratamiento de nuevas lesiones.
-     La educación del paciente: autoexamen y protección solar. Control de los familiares directos.

TRATAMIENTO


El tratamiento de los carcinomas basocelulares depende de muchos factores: el tamaño y la localización de la lesión, la extensión a las estructuras adyacentes, la existencia de metástasis, el tratamiento previo, los resultados cosméticos previstos, la edad y el estado del paciente. Existen modalidades múltiples para el tratamiento del CBC: cirugía, radioterapia, quimioterapia y bioterapia.

§  Cirugía

La cirugía se usa para tratar alrededor del 90% de los carcinomas basocelulares, su objetivo es extirpar el tumor por completo. La mayoría de los procedimientos requieren anestesia local y un equipo mínimo y pueden realizarse en el entorno ambulatorio.

Escisión: Por lo general se realiza con un margen  de 4 mm y es el tratamiento de elección de los tumores grandes o aquellos con bordes poco definidos en las mejillas, la frente, el tronco y las piernas. La escisión  quirúrgica también puede indicarse si hay metástasis.

Criocirugía: Procedimiento que destruye el tejido por congelación. Se aplica nitrógeno líquido en aerosol mediante sondas especiales. La congelación rápida produce cristalización intra y extracelular. La destrucción celular se intensifica mediante la congelación rápida y un ciclo lento de licuefacción. Este método es útil en el carcinoma basocelular superficial nodular de cualquier tamaño pero no se recomienda en los tumores invasivos profundos ni en el cuero cabelludo. La criocirugía se indica en los carcinomas en los párpados porque preserva el tejido normal y evita la necesidad de cirugía reconstructiva.

Electrodesecación y curetaje: Este método quirúrgico utiliza el calor para destruir los tejidos. Después de marcar el área tumoral y aplicar anestesia, se usa un proceso de reducción en el que raspan 1 o 2 mm del tejido invadido. Después, de deseca la base del tumor con electricidad. El curetaje de la base se realiza con una cucharilla larga y delgada para raspar cualquier extensión del tumor. El procedimiento se repite las veces necesarias hasta obtener una región tisular, plana y normal. Estas intervenciones son útiles en los carcinomas nodulares y superficiales pequeños (< 2 cm) o medianos y con márgenes bien definidos. Los de diámetro a 2 cm, los localizados en zonas de alto riesgo de recurrencia y todos los carcinomas escamocelulares de alto riesgo se tratan mejor con otros métodos.

Cirugía micrográfica de Mohs: Comprende la resección quirúrgica de una capa tras otra de tumor hasta que todos los márgenes estén libres de enfermedad en el examen microscópico. Constituye la mejor verificación histológica de la resección completa y ofrece la máxima conservación del tejido. Es el procedimiento de elección para los carcinomas escamocelular invasivos y basocelular primario de diámetro superior a 2 cm, con bordes irregulares, localizados en áreas faciales con una alta tasa de recurrencia comprobada, que aparecen en áreas funcionales o afectan a la apariencia cosmética, como la nariz, los ojos, los párpados, o que son de tipo agresivo como el carcinoma basocelular morfeaforme.

Cualquiera que sea el tratamiento quirúrgico utilizado, la tasa de curación del carcinoma basocelular después del procedimiento es cercana al 95%. 

Láser: El láser de dióxido de carbono ofrece ventajas sobre la cirugía convencional porque sella los nervios y los vasos sanguíneos pequeños. Crea un campo quirúrgico casi exento de hemorragia y reduce el dolor postoperatorio.

§  Radioterapia

La radioterapia es una alternativa viable y eficaz cuando las intervenciones quirúrgicas están contraindicadas en ancianos o personas débiles o incapaces de tolerar un procedimiento quirúrgico. La conservación tisular es una de las ventajas de esta terapia, en especial cuando se tratan lesiones en la nariz, los párpados o los labios. Los resultados cosméticos son buenos porque se eliminan las cicatrices quirúrgicas y los injertos cutáneos. Un enfoque combinado de cirugía y radiación pre y postoperatoria puede indicarse en caso de tumores extensos. Las desventajas de este método se relacionan con el programa de administración. La radiación de se fracciona en múltiples sesiones (por lo general 450 Gy/3 semanas en fracciones diarias de 300 cGy) para reducir los efectos secundarios. Este programa crea dificultades para los pacientes y sus familias que deben viajar a grandes distancias para llegar al centro de tratamiento.

No se recomienda la radioterapia para los tumores localizados en el tórax, las extremidades, el dorso de las manos o el cuero cabelludo; tampoco para los que aparecen en las glándulas sudoríparas y sebáceas, los tumores morfeaformes de células basales y escamocelulares verrugosos, los que miden más de 8cm, ni los localizados en el labio superior con crecimiento hacia la fosa nasal.

§  Quimioterapia y bioterapia

El 5-fluoruracilo (5-FU) tópico puede usarse en el síndrome del carcinoma basocelular nevoide pero se contraindica en el tratamiento de cualquier otro tipo de carcinoma basocelular. Este fármaco destruye la superficie del carcinoma sin afectar las células más profundas, lo que continúe la invasión en la base del tumor.

El  cisplatino, la bleomicina, la ciclofosfamida, el 5-FU y la vinblastinas han sido objeto de estudio; el primero es el más eficaz y se asocia con la tasa de remisión más prolongada.

La falta de una terapia sistémica establecida para la enfermedad recurrente, local o regionalmente avanzada, o metastásica ha dado lugar al empleo de los modificadores de la respuesta biológica (MRB), en especial el interferón alfa. El uso sitémico de este último ha producido una tasa de respuesta objetiva de 50% en los estudios clínicos. Una investigación con 172 pacientes que recibieron inyecciones intralesionables de interferón alfa-2b informó una tasa de curación de 81% después de un año de seguimiento. Otros agentes, en particular los retinoides, también han mostrado cierta actividad contra el carcinoma basocelular; su administración tanto tópica como sitémica ha producido tasas de respuesta objetiva superiores a 50% en los carcinomas basocelular y escamocelular.